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En el apasionante mundo de la enología, hay secretos guardados con celo. Hoy, navegaremos por las profundidades de uno de esos secretos: las “lías vino“. Este proceso vinícola, con siglos de antigüedad, sigue ofreciendo a los amantes del vino experiencias sensoriales únicas.
Dentro del proceso de elaboración del vino, la fermentación juega un papel crucial. Tras esta fase, aparecen las lías, que son las células muertas de levaduras. Antes consideradas un desecho, hoy son apreciadas por su contribución a la complejidad y sutileza del vino. Pero, ¿qué hace que las lías vino sean tan especiales? ¿Cómo impactan en el resultado final del vino?
En este artículo, vamos a desentrañar los misterios que rodean a las lías vino. Te ayudaremos a entender su importancia y cómo identificar su presencia en el vino que eliges. Te daremos un vistazo al interior de las bodegas que aplican esta práctica y descubrirás cómo seleccionar vinos elaborados sobre lías.
¿Qué son las lías del vino?
Las lías son básicamente los sedimentos que se depositan en el fondo del recipiente después de la fermentación del vino. Se trata de levaduras muertas, y a veces también de restos de uva, que pueden aportar al vino una serie de atributos muy apreciados por los enólogos. El contacto del vino con estas levaduras durante su crianza puede aportarle complejidad, textura y estabilidad.
Debemos señalar que no todos los vinos tienen contacto con sus lías. Cuando sucede, hablamos de “vinos sobre lías“. Este tratamiento puede ser tanto breve como prolongado, y su influencia varía considerablemente. Sin embargo, podemos afirmar que su aportación es esencial para el volumen, la textura y el aroma de ciertos vinos.
Aunque antiguamente se consideraban un subproducto no deseado de la fermentación y se eliminaban, hoy en día muchos vinicultores han aprendido a valorar y a utilizar las lías para mejorar la calidad de sus vinos. Y aunque estas están presentes en todos los vinos después de la fermentación, no todos los vinos se crían sobre lías. Los que sí se hacen suelen llevar en su etiqueta la indicación “criado sobre lías” o “sur lie”, que es el término francés correspondiente.
Cómo las lías afectan al sabor y textura del vino
Te preguntarás entonces, ¿qué aportan las lías del vino? El contacto con ellas puede influir en varios aspectos del vino. Por un lado, puede aportar cuerpo y volumen, mejorando la sensación en boca. Por otro lado, puede contribuir a preservar y potenciar los aromas primarios del vino, esos que provienen directamente de la uva y que son tan apreciados por los amantes del vino. Asimismo, las lías pueden también aportar ciertos sabores y aromas que no estarían presentes de otro modo, como notas de panadería, mantequilla o nuez. Y por último, la crianza sobre lías puede ayudar a proteger al vino de la oxidación, contribuyendo a su estabilidad y a su capacidad de envejecimiento.
¿Cómo podemos identificar este tipo de vinos?
Para identificar un vino criado sobre lías, lo más fácil es leer la etiqueta, donde suele venir indicado. Sin embargo, también puedes aprender a reconocer algunos indicios en la cata. Por ejemplo, un vino criado sobre lías puede presentar una mayor cremosidad o untuosidad en boca, o incluso una cierta efervescencia si estas han realizado una segunda fermentación en botella.
Además, como ya hemos mencionado, puedes encontrar ciertos aromas y sabores característicos, como los de pan tostado, brioche, levadura o mantequilla. Todo ello siempre dependiendo del tipo de vino, del tiempo de crianza y del manejo de las lías por parte del enólogo.
El proceso de elaboración de vino con lías
La crianza sobre lías es un antiguo método de elaboración de vino que permite desarrollar más profundidad y complejidad en sus características. Tras la fermentación, las levaduras muertas, conocidas como lías, se depositan en el fondo del recipiente. Aquí, el enólogo tiene la opción de eliminarlas para un vino más limpio y directo, o dejar que el vino permanezca con las lías, mejorando su carácter y profundidad.
Las lías pueden ser removidas periódicamente, a través de un proceso llamado “bâtonnage“, o dejarse en reposo, liberando compuestos que pueden aportar sabores y aromas adicionales al vino. Este proceso puede realizarse en barricas de roble, tanques de acero inoxidable o incluso en la propia botella, dando lugar a diversos estilos de vino.
El manejo de las lías requiere un cuidado meticuloso, ya que un manejo inadecuado puede dar lugar a defectos en el vino. Aunque este tipo de crianza es una técnica con mucho potencial, debe ser manejada con maestría y conocimiento, y se ajusta según el estilo de vino que el enólogo busque lograr.
La Bodega Miguel Domecq: explora el mundo del vino
La Bodega Miguel Domecq, situada en el Cortijo de Torrecera (Jerez), es una parada esencial para cualquier amante del vino interesado en ampliar su conocimiento enológico. A pesar de que nuestra prestigiosa bodega no se especializa en la producción de “lías del vino”, su dedicación a la educación y el compartimiento del arte del vino garantiza una experiencia rica y valiosa para cada visitante.
Te animamos a visitar la Bodega Miguel Domecq para explorar más sobre enología. Las visitas guiadas, las catas y otros eventos didácticos te proporcionarán una visión integral del mundo del vino. No importa si estás interesado en en este tema o en la vinicultura en general, esta bodega te ofrecerá una comprensión profunda que te permitirá apreciar aún más el vino. ¡Te esperamos para sumergirnos juntos en la apasionante cultura del vino!